Seguramente llevas mucho tiempo sintiendo confusión, impotencia e incertidumbre. Has puesto todo de tu parte para ayudar a un ser querido con problemas de este tipo, pero al final... no has sabido cómo.
También, es posible, que sea la primera vez que vives esta situación y no sabes qué hacer para ayudar porque la persona con problemas no es capaz de ver como se destruye la vida y, te encuentras realmente perdido/a.
La recuperación no es un camino de rosas. La persona que nunca lo ha vivido no es consciente de lo poderosa y compleja que es la dependencia, ni cómo puede ayudar.
Suelen repetirse situaciones en las que la familia, a pesar de tener las mejores intenciones, producen bloqueos o retraso en la recuperación porque no saben gestionar los momentos de flaqueza, las aptitudes negativas y la pérdida de confianza.
El apoyo de su entorno es sin duda el mayor impulso para la persona, siempre y cuando se haga de la forma correcta.
No hay que pasar por alto que cuando hay una persona con problemas de dependencia el entorno más íntimo sufre tanto como ella.
Por este motivo, el trabajo que realizo no solo va enfocado a la persona en cuestión sino también a su circulo más cercano que esté dispuesto a participar del proceso.
El trabajo en equipo es fundamental para una recuperación eficaz. Cuantos más aliados seamos, más posible será cumplir el reto.